El hecho es simple, los distintos gobiernos americanos han gastado más de la cuenta. George Bush se pasó y Obama, modelo socialdemócrata yanqui, multiplicó por tres cada año las pasadas de Busch; eso hizo que la administración demócrata el día 31 de julio de 2011 estuviera al borde de la quiebra. Para evitarla tuvo que negociar con los republicanos que el 1 de enero de 2013, por ley, EEUU tendría que recortar algo parecido al 5% de su presupuesto, como de hecho ha hecho la administración Rajoy en España, a base de bajar gasto público y suprimir exenciones fiscales que estaban vigentes desde la época Bush. A esto se le ha llamado abismo fiscal (fiscal cliff).
La única opción de evitar esto, que para todo el mundo suponía un cataclismo, era negociar entre demócratas y republicanos una nueva propuesta. Lo curioso y lo que yo, pobre de mí, no entiendo es que todos, casi todos mejor, los economistas, sabios, políticos y poderosos consideraban esto la debacle mundial porque traería la recesión a USA y con ella a todo el orbe y, en cambio, en Europa los mismos genios y mandamases lo ven como la receta mágica y, en España, nos la han hecho aplicar por bemoles. O sea, aquí es el remedio, allí la enfermedad, me rindo.