Conversación tranquila de @jmfrancas con Aarón García Peña,(@AaronGarciaPe), poeta, ensayista y dramaturgo; presidente de la Sección de Literatura del Ateneo de Madrid, presidente de la Agrupación de Retórica y Elocuencia del Ateneo de Madrid
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JMF: Aarón, ¿cómo ves a Espana?
Aarón García Peña: España es, hoy por hoy, una cloaca intelectual: son contados españoles los que piensan por sí mismos.
JMF: ¿A qué se debe esto si casi estudian todos?
Aarón García Peña: Es la consecuencia de un sistema educativo —político-económico— que tiene, como finalidad, educarnos no como individuos sino como repetidores de información. Acudimos a la escuela, nos dicen cuánto debemos conocer y nos obligan a repetirlo en una hoja en blanco para aprobar la asignatura. Así transcurre nuestra infancia sin aprender a analizar, sin aprender a dudar, sin posibilidad de equivocarnos ni criterio que nos diferencie del resto de individuos. Una vez que nos han incorporado el mecanismo de repetición en nuestro desarrollo personal desde la infancia, miramos la publicidad y repetimos la información comprando ese producto en el supermercado; escuchamos al político y repetimos la información votándole en la urna; leemos o escuchamos al periodista y repetimos la información, frase por frase, en nuestras conversaciones familiares y debates públicos. Hemos convertido a España en una empresa; al ciudadano, en un consumidor; y a la palabra “dignidad”, en una farsa cotidiana.
JMF: Y, ¿cómo lo cambias?
Aarón García Peña: Todo sistema educativo es, en cualquier país del mundo, una herramienta del Status Quo para continuar siéndolo.
JMF: Hablábamos de España…
Aarón García Peña: En España la solución a un problema tan profundo precisa, sobre todo y de inmediato, una modificación sustancial y sistémica resumida de este modo
JMF: Resume entonces…, ¿Cuál es la primera?
Aarón García Peña: La primera es la democratización de la Jefatura del Estado y del Mando Supremo de las Fuerzas Armadas.
JMF: Pero si no pinta nada…
Aarón García Peña: La mejora extraordinaria que se ha producido en España durante sus últimas cuatro décadas es consecuencia de su democratización de la Jefatura del Gobierno. En ningún país democrático se heredan cargos públicos. O seguimos democratizándonos o alguien seguirá pensando por nosotros. Tengamos muy presente que es el Jefe del Estado es el que firma los tratados internacionales, por los cuáles se rigen más del noventa por ciento de nuestras leyes; y tengamos en cuenta que en un país manda siempre el Jefe del Ejército.
JMF: La segunda…
Aarón García Peña: La modificación de la Ley Electoral: mismo valor de cada voto —circunscripción única—.
JMF: Los grandes partidos no quieren eso, les va muy bien asi…
Aarón García Peña: Siento vergüenza de vivir en un país que se dice democrático y, al mismo tiempo, privilegia la voluntad de unos ciudadanos sobre la de otros por razón de residencia. En España continúan gobernando los señoríos feudales y, por ende, sus insolidarios intereses como extensión filosófica de los principios monárquicos.
JMF: Vamos a por la tercera…
Aarón García Peña: La derogación de los acuerdos con el Vaticano —país totalitario, teocrático y que tiene la desigualdad de género como embrión estructural—.
JMF: España ya es confesional, pero hay mayoría católica…
Aarón García Peña: Pactar con el Diablo, estrecharle la mano, sólo nos acerca un poco más al infierno. Ninguna democracia debería entenderse tan bien con una dictadura y aún menos con la última que queda en Europa.
JMF. Y, ¿la cuarta?
Aarón García Peña: Cooficialidad institucional absoluta de las distintas lenguas españolas.
JMF: Dejas a los nacionalistas sin su arma preferida…
Aarón García Peña: Respetar lo que somos es un paso imprescindible para disfrutar de nuestra convivencia. Todos somos españoles; todas nuestras lenguas y rasgos culturales deben serlo en igualdad de condiciones. Si un español tiene la prohibición de expresarse desde las tribunas públicas de cualquier institución del Estado, en su lengua española; o desprecia su lengua o desprecia España. Para este asunto observemos, simplemente, Suiza.
JMF: Ahora la quinta.
Aarón García Peña: Iniciación escolar obligatoria en todas las lenguas del Estado.
JMF: No les gustará, buscan separarnos…
Aarón García Peña: Apremia. Evitaría, definitivamente en España, el extrañamiento cultural generacional; permitiendo, de ese modo, la cohesión social; pues se ama mejor aquello que se conoce y se respeta mejor aquello que se ama.
JMF: ¿Hay sexta?
Aarón García Peña: Derogación de los Tratados Internacionales que anteponen el pago de la deuda a los derechos fundamentales de los individuos.
JMF: La U.E. no lo admitiría…
Aarón García Peña: Ningún país esclavo puede presumir de ciudadanos libres. Toda deuda es ilegítima si te priva de tus derechos humanos para pagarla. O negamos, antes o después, una deuda que asciende ya al ciento cuarenta y tres por ciento de nuestro PIB —créeme, español, el dato es fiable e incluso prudente—; o ésta negará nuestro derecho a la vida.
JMF: ¿La séptima?
Aarón García Peña: Creación conjunta de una nueva simbología nacional que refleje nuestra realidad pluricultural y los principios republicanos de libertad, igualdad, solidaridad y unidad —sí, “unidad”, pues sólo a través de ésta se garantiza la igualdad en derechos, obligaciones y oportunidades—.
JMF: Ya tenemos símbolos patrios.
Aarón García Peña: Si un símbolo no es capaz de representarnos a todos, en verdad que sólo simboliza nuestro fracaso emocional de ser una nación carente de patriotas.
JMF: Hay octava…
Aarón García Peña: Ilegalización de la financiación privada de los partidos políticos y los sindicatos.
JMF: Uff, pondrían el grito en el cielo…
Aarón García Peña: La financiación privada está decidiendo quiénes han de gestionar lo público, por lo que el dinero público siempre vive en deuda con sus lucrativos acreedores, en esta esclavitud sofisticada a la que denominamos “capitalismo”. Para los asuntos privados, dinero privado. Para los asuntos públicos, dinero público.
JMF: ¿Quedan más? Vas por la novena.
Aarón García Peña: Ilegalización de los partidos políticos con funcionamiento interno no democrático.
JMF: ¿Quedaría alguno?
Si no existe democracia en quienes participan del acto democrático, no podemos esperar que disfruten ejerciéndola cuando nos gobiernen. O dicho de otro modo: ningún pequeño dictador en ejercicio, podrá convencer al resto de los ciudadanos de las bondades democráticas.
JMF: Vamos al decálogo completo…
Aarón García Peña: Ilegalización de los secretos de Estado de naturaleza no militar.
JFF. ¿Quieres aflorar sus tejemanejes?
Aarón García Peña: Todo secreto sirve, en exclusiva, a los intereses particulares de aquel que lo posea. En una democracia todo ciudadano debe tener derecho a poder decidir siendo conocedor de las virtudes y vergüenzas de las cosas que decide.
JMF: Con todo esto tenemos una nueva España que no se si me convence…
Aarón García Peña: ¿Queremos un sistema educativo que desarrolle nuestro libre pensamiento con convicciones democráticas? Éste sería un buen comienzo.
JMF: Pero Aaron, habrá que ir por etapas, ¿por dónde empezarías?
Aarón García Peña: Habría que empezar por la más probable y que, a su vez, posibilitaría la obtención del resto dentro del Estado de Derecho: modificación de la Ley electoral para que el voto de cada ciudadano tenga el mismo valor independientemente de su lugar de residencia. Pero de los actuales representantes políticos, no espero tanta inteligencia, no espero tanta valentía… ni mucho menos voluntad democrática. Pues, entre otros motivos, evidencian en una y otra conversación con periodistas, desconocer el significado de cada palabra que manejan.
JMF: Gracia Aarón, en esta coincidimos, si no ‘somos’ iguales no hay democracia. Un abrazo y seguiremos, has abierto muchos temas…