Por fín despertó Catalunya. Es evidente que mi tierra es plural y no puede ser que una única opción salga a la calle. Hasta ahora los catalanes tenian distintas sensibilidades con respecto a su modelo territorial, nación, autonomía, región, pero esto no afectaba ordinariamente a la convivencia. A partir de este 11 de setiembre y, una vez más, por intervención directa de los políticos la sociedad se está dividiendo. Ayer se demostró que una parte de los que no están por la aventura secesionista no están tampoco por la labor de dividir: respetan y piden respeto. Solo espero que la otra parte, los independentistas, actuen igual. Ayer se denostró, una vez más, que Catalunya no tiene una sola voz y que la política y los políticos no lo son todo; de hecho la Calalunya que todos envidian siempre fue la de la sociedad civil y la de la iniciativa personal. La Catalunya oficial y manipulada por los políticos, además de estéril es falsa.